lunes, 2 de marzo de 2009

Otro catorce mas

Para mi es un día más, un 14 de otro mes que ya se está yendo. Un sábado soleado y sin mucha más historia. Pero allá donde vaya, veo corazones latiendo con más fuerza que de costumbre, muchachos y no tan muchachos que llevan ramos de rosas y una sonrisa enorme. Supongo que pensado lo feliz que harán a su pareja con ese detalle. Pensando que ellos son los mas enamorados y que este es su día.
Pues bien, yo como cada año paso este día rodeada de los míos, observando a las parejas vestidas de rojo, cogidas de la mano, riendo, corriendo y saltando.
Yo en este día recuerdo. Recuerdo todos los besos recibidos, todas las caricias y todas las miradas profundas. Pero no todos esos momentos calaron en mí de la misma manera. Por un lado quedaron los besos apasionados y por otro lado los besos de “película” los besos cargados de sentimientos que son los que me hacían que viajara en una nube y allí me quedara.

Hoy mi carta de San Valentín va sin un destinatario fijo, aunque toda ella esté escrita pensando en ti.
Ya no me quedan líneas con nuevas ideas, no me queda nada por decirte que no sepas, porque en cada texto, en cada verso, en cada palabra hay un poco escondido de ti, un poco de tu cariño que se adueña de mi bolígrafo y lo va guiando para que vaya escribiendo palabras que tengan algo de sentido.

Aquel momento fue el momento que tanto llevaba esperando desde el día que te conocí. Podría decir que en ese instante se comenzó a escribir nuestra propia historia, una historia que comenzó aquella mañana de verano, en la que algo diferente sentí al despertar, y que desde entonces ni mi vida fue la misma ni yo fui la de siempre. Cada noche duermo sintiendo tu tranquila respiración y el sabor de tus labios. Desde aquel mágico día tú entraste en mi vida y no he conseguido que salgas. Esa historia que se escribió besos a besos, caricia a caricia y siguió lágrima a lágrima. Una historia en la que me niego a poner el punto y final. Es una sensación extraña la que tengo ahora mismo. Estoy escribiéndote y hace tanto que no se nada de ti, solo un mensaje para preguntar que tal va todo y unas educadas palabras para salir al paso. Pero aún así sigues siendo quien ilumina mis palabras, quien me motiva a seguir escribiendo, porque lo fuiste todo para mí en un determinado tiempo, y creo que de ese todo aún queda algo aquí. Quizás es porque lo nuestro fue más allá de buenos momentos y besos inolvidables. Fue cariño dado y recibido, fueron palabras susurradas y fuerza, mucha fuerza para vivir el día a día con ilusión dejando atrás los errores y los problemas que nos atormentaban. Se puede decir que fue un día a día, largas conversaciones, caricias llenas de dulzura y miradas de entendimiento. Tantas cosas que vivimos en tan poco tiempo que me hacen difícil poner ese punto y final en nuestra historia.
Ahora no queda nada, solo palabras educadas, miradas comprometidas y muchos recuerdos. Recuerdos que a pesar del paso del tiempo siguen siendo nítidas diapositivas que van pasando por mi cada día, deteniéndose en aquellas caricias que tanto me gustaban y pasando rápido en los momentos de anhelos.
Me enamoré de ti en el día a día, de tus caricias, tus labios y tu voz…y ahora que siguen pasando los días en los que no te encuentro sigues estando aquí dentro, no se donde, no se porque ni como…solo se que me sigues haciendo sonreír. Lo único que pido es poder vivir esto junto a ti, poder rozarte, abrazarte y sentirte cerca.

No te escribí carta de San Valentín, porque no coincidimos en esas fechas, pero desde que mis labios sintieron los tuyos por primera vez, cada palabra lleva algo de ti , cada corazón que dibujo lleva un tú y un yo bien juntos, lleva nuestros nombres, cada deseo que pido es estar junto a ti, cada canción q oigo te pertenece, cada carta de San Valentín que escriba tendrá el mismo destinatario. TÚ.