jueves, 14 de mayo de 2009

Dos días despues de aquel beso de cuídate....

Tímidas sonrisas y besos en la mejilla se escapaban de tu boca, como si esos besos quisieran tantear el terreno… Tímidas caricias que iban avanzando conforme la noche pasaba, hasta que nuestros labios no aguantaron más y quisieron sentir en primera persona lo que tantísimo tiempo llevaban recordando. No fueron besos apasionados, fueron besos suaves, delicados, lentos y dulces, como si quisiéramos que aquel momento fuera eterno. Intentando hacer que el reloj de arena que siempre nos acompaña, dejara caer su contenido mas lentamente, grano a grano para que aquel momento no terminara nunca.
La gente se enmudeció, la música dejo de retumbar tan fuerte en los altavoces, el humo del tabaco se esfumó. Todos y todo querían que disfrutáramos de aquel momento como si fuera el primer beso, y si te digo la verdad, para mi fue mejor que el primero, porque estos besos estaban cargados de sentimientos acumulados y caricias reprimidas, que cada vez que las recuerdos, mi piel aún se estremece. Y beso a beso, caricia a caricia llegó el momento en el que te volviste a marchar junto con la luna porque el sol ya estaba avisando de la llegada de un nuevo amanecer y junto con un bso de cuidate. No fue la despedida de siempre puesto que no me quedé fría cuando te fuiste, ni me sentí vacía. Esta vez estaba llena de ganas, de vitalidad, llena de ti, de tu olor y de tus caricias.

Ya han pasado dos días, y sigo sintiendo tus labios sobre los míos, con mucha dulzura y tesón. Ya han pasado dos días y sigo sintiendo tus manos recorriendo mi cuerpo y acoplándose en mi cintura. Han pasado dos días y sigo teniendo una sonrisa enorme. Por lo que me da igual lo que piensen. Algunos dicen que fue una tontería, que no debí hacerlo, que he vuelto a caer, pero lo necesitaba. Ahora se que no soy yo sola la que le daba vueltas a la cabeza. Ahora se que el tiempo pone a cada uno en su lugar, que el destino es caprichoso y quiso que tanto dolor producido fuera devuelto a su dueña. Creo que el destino me devolvió la moneda, se dio cuenta de todo lo mal que me había hecho sentir, y me quiso hacer un regalo. O quizás solo quiso ponerme una prueba más para enseñarme como reaccionar. Lo único que se, es que ahora, como cada noche me iré a la cama, me abrazaré a ese muñeco que tanto me recuerda a tí, me aferraré a lo que nos une, y así me quedaré dormida, pero esta vez no lo haré pensando e que estarás haciendo, ni pidiendo que antes de que vayas a dormir te acuerdes un poquito de mi…si no que me dormiré pensando en tus besos y caricias y soñaré contigo una noche más.

Dicen que el hombre es el único que tropieza dos veces en la misma piedra…pero a mi me hacía tanta falta tropezar de nuevo.